Al determinar si utilizar acero inoxidable 316 o 316L para su aplicación, es importante considerar los siguientes factores:
Resistencia a la corrosión
El acero 316L es la mejor opción para aplicaciones con alta corrosión y altas temperaturas. Dado que el 316L contiene menos carbono que el 316, ofrece una mejor resistencia a la corrosión intergranular, lo que significa que sus soldaduras no se deterioran, a diferencia del acero inoxidable 316.
Costo
Aunque el 316L contiene menos carbono, los aceros inoxidables 316 y 316L cuestan aproximadamente lo mismo.
Propiedades magnéticas
El acero inoxidable 316 presenta una respuesta muy baja a los campos magnéticos. A diferencia de los aceros inoxidables básicos, que son ferromagnéticos, la mayoría de las variedades de acero inoxidable (incluido el 316) son austeníticas, es decir, prácticamente no magnéticas.
Sin embargo, algunos productos de acero inoxidable 316 pueden someterse a procesos, como el conformado en frío y la soldadura, donde la estructura cristalina austenítica se transforma en martensita ferromagnética. El acero 316L es más susceptible a adquirir cierto grado de magnetismo.
Aplicaciones prácticas
Ambos tipos de acero inoxidable son útiles en una amplia variedad de industrias. Sin embargo, el 316 se utiliza principalmente en construcción e infraestructura por su solidez, resistencia a las picaduras y resistencia a la corrosión en la mayoría de los casos. El 316L es popular para equipos farmacéuticos y fotográficos, ya que resiste la soldadura y los productos químicos corrosivos.
Hora de publicación: 27 de diciembre de 2021

